La miel reemplaza la minería ilegal y la coca en el Bajo Cauca
La apicultura se convierte en una opción para los campesinos que quieren trabajar en legalidad.
(La Opinión) En una tierra azotada por los efectos de la minería ilegal e informal, donde la miel llegaba en frascos a los supermercados y tiendas, ahora zumban las abejas y crecen árboles y plantaciones que sirven de estaciones para la supervivencia y multiplicación de esta especie, que además de polinizar territorios, produce toneladas de miel que se convierten en sustento para cientos de familias.
El proyecto arrancó en 2017, con la entrega de las primeras colmenas con núcleos biológicos, en un proyecto cuyo objetivo primordial es diversificar la economía en territorios mineros y fortalecer la cadena apícola. También se siembran especies nativas como samán, cedro, ceiba, tambor, abarco, vara de humo, caoba, caracolí, almendro, polvillo y algarrobillo, que a futuro serán explotadas para sustento económico.
Lo anterior constituye un aliciente para abandonar la minería ilegal que ha dejado 42.000 hectáreas de tierra degradadas, según Corantioquia, y desestimular la migración a la coca en una región donde, según el gobernador Luis Pérez, los cultivos de la hoja suman 8.800 hectáreas.
“En julio habían instaladas cerca de 6.000 colmenas en la región. Para marzo de 2019 se tendrán cerca de 11.500 colmenas”, explica Miguel Molano, subdirector del Programa Oro Legal de Usaid.
Las abejas son agradecidas. Tanto, que a la fecha ya se han obtenido 20 toneladas de miel que han encontrado mercado nacional. La miel del Bajo Cauca ya endulza muchos hogares del resto de Colombia.
“En el Bajo Cauca, Oro Legal ha rehabilitado 1.600 hectáreas de tierra. Con excepción de un proyecto que posiblemente será desarrollado con el gobierno departamental para rehabilitar 200 hectáreas adicionales, este componente terminó su fase de establecimiento y en los próximos años se encargará del mantenimiento de las plantaciones establecidas”, indica Molano.
En más municipios
Un total de 450 familias de Caucasia, El Bagre, Nechí, Tarazá y Zaragoza comenzarán a cosechar miel. La intención de Usaid es dejar establecidas 12.000 colmenas y que cada familia beneficiaria consolide una unidad productiva apícola (45 colmenas), la cual les generará ingresos entre 1,5 y dos salarios mínimos mensuales.
Gerardo Rodríguez Domínguez, experto en apicultura, cataloga este como el proyecto de mayor impacto apícola en Colombia. Agrega que la riqueza en bosques nativos y plantaciones de acacia y caucho de la región representan un potencial incalculable para su desarrollo.
“El entorno ambiental, la distribución de las áreas con flora y las escasas áreas de producción agrícola, le confieren a la región las condiciones esenciales para la producción de una miel de excelente calidad, libre de residuos químicos y pesticidas en cultivos”, resalta Rodríguez.