La producción industrial china avanza al ritmo más bajo en 17 años, se esperan más medidas de estímulo
Esta situación podría llevar a otorgar medidas de apoyo desde Pekín.
(Reuters América Latina) El crecimiento en la producción industrial de China cayó a un mínimo de 17 años en los primeros dos meses del año, lo que apunta a una mayor debilidad en la segunda mayor economía del mundo que probablemente conlleve más medidas de apoyo desde Pekín.
Sin embargo, la dispar serie de datos macroeconómicos publicados el jueves también mostró que la inversión inmobiliaria está repuntando, mientras que el comercio minorista avanzó a ritmo lento pero constante, lo que sugiere que la economía no está sufriendo una desaceleración más aguda en la actualidad.
China está incrementando las medidas de apoyo para la economía debido a que el crecimiento de 2019 parece encaminado a su nivel más bajo en 29 años, pero las medidas de estímulo se están demorando. La mayoría de los analistas creen que la actividad podría no estabilizarse de manera convincente hasta mediados de año.
El primer ministro Li Keqiang anunció la semana pasada cientos de miles de millones de dólares en recortes adicionales de impuestos y gastos en infraestructura, pese a que las autoridades prometieron que no recurrirían a estímulos masivos como en el pasado, que produjeron rápidas recuperaciones en China y fuertes avances de la inflación en todo el mundo.
“Los datos más recientes deberían aliviar parcialmente las preocupaciones sobre una fuerte desaceleración a principios de año. Pero las perspectivas a corto plazo aún son sombrías”, dijo Capital Economics en una nota.
En particular, Capital Economics y otros señalaron que la inversión en infraestructuras no ha mejorado tanto como se esperaba después de que el Gobierno comenzara a acelerar los proyectos de carreteras y ferrocarriles el año pasado, lo que aumenta el riesgo de un rebote más leve de lo esperado en la construcción cuando se reanude la actividad con las temperaturas más altas.
La producción industrial aumentó un 5,3 por ciento en enero-febrero, un porcentaje inferior a lo esperado y el más lento desde principios de 2002. Se esperaba que el crecimiento se desacelerara desde el 5,7 por ciento de diciembre al 5,5 por ciento.
China combina los datos de actividad de enero y febrero en un intento por suavizar las distorsiones creadas por las largas vacaciones del Año Nuevo Lunar a principios de cada año, pero algunos analistas dicen que es posible que no haya disponible una imagen más clara de la salud de la economía hasta que se publiquen los datos del primer trimestre en abril.
Si se elimina la distorsión estacional, la producción aumentó un 6,1 por ciento en los dos meses, dijo la Oficina Nacional de Estadísticas.
La encuesta oficial de fábricas de China, que corrige las distorsiones estacionales, mostró que la producción manufacturera se contrajo en febrero por primera vez desde enero de 2009.
Los fabricantes chinos se están enfrentando a ventas más débiles en el país y en el extranjero, y las exportaciones están sufriendo los aranceles estadounidenses sobre productos chinos y el enfriamiento de la demanda global.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo el miércoles que no tenía prisa por cerrar un pacto comercial con China e insistió en que cualquier acuerdo incluya la protección de la propiedad intelectual, un punto clave durante las negociaciones de los últimos meses.
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Por otra parte, el crecimiento en la inversión en activos fijos, un importante motor de crecimiento en el pasado, se aceleró al 6,1 por ciento en los primeros dos meses de este año, un poco más de lo que los analistas esperaban, y por encima del 5,9 por ciento en 2018.
Gran parte del incremento parecía relacionado con la recuperación de la inversión inmobiliaria, que se acereló a un máximo de cinco años, en el 11,6 por ciento, aunque las ventas de viviendas cayeron.
La inversión en infraestructuras, en la que el Gobierno confía en gran medida para impulsar una recuperación económica, aumentó un 4,3 por ciento interanual. Sin embargo, varios analistas, entre ellos Nomura, estimaron que el impulso de crecimiento podría haberse relajado a pesar del impulso de Pekín.